Manejo de la recarga de acuíferos: un enfoque hacia Latinoamérica - page 232

Manejo de la recarga de acuíferos: un enfoque hacia Latinoamérica
230
La Comisión Hidrológica del Valle de México, con el objeto de implantar proyectos de recarga
en el acuífero de la Ciudad de México, construyó tres pozos en la cuenca del río Mixcoac, en los
cuales se infiltró agua de lluvia del río Mixcoac. Los pozos funcionaron durante un periodo de dos
años. Lamentablemente no existe un documento donde se reporten los volúmenes y la calidad
de agua infiltrada; asimismo se desconoce si el agua de recarga se integraba al almacenamiento
subterráneo. El antecedente de Mixcoac permitió que para 1956 se construyeran tres pozos de
infiltración a una profundidad de 150 m. El sistema estaba integrado por una presa que regulaba el
gasto y permitía la sedimentación, posteriormente se conducía el agua a un tanque sedimentador
donde se depositaban las partículas más finas; en este punto se derivabó el agua a los tres pozos que
en conjunto infiltraron 1,050 l/s, que se redujeron a 800 l/s por colmatación. El proyecto duró un
periodo de ocho años (1954–1962), infiltrando 15.2 hm
3
, y se suspendió debido a que no existían
volúmenes de agua disponibles para seguir infiltrando (Saiz-Ortiz, 1963).
El pozo de absorción del jardín San Fernando de la CDMX se perforó a una profundidad de
61 m, con un ademe de 10 pulgadas de diámetro y ranurado desde los 12 m de profundidad hasta
el fondo. Asociado al pozo se construyeron dos estanques de sedimentación con una capacidad de
40 m
3
, un deflector para separar grasas y un filtro de gravas para eliminar partículas menores. El agua
de lluvia se canalizaba por la red de alcantarillado pluvial, circundante al jardín, a fin de inyectar al
subsuelo. Los efectos de la infiltración se registraron en las estaciones piezométricas P-235 y P-184,
situadas respectivamente a tres y cincuenta metros de distancia con respecto al pozo de absorción
y con dirección hacia el norte. Los resultados de las pruebas para la recarga indicaron que el pozo
tenía capacidad para 6 l/s, sin que se llegara a saturar el mismo, propiciando una recuperación de
los niveles de agua en todos los piezómetros de las estaciones mencionadas (SRH, 1963).
El éxito obtenido en el pozo de San Fernando alentó a realizar un programa de construcción de pozos
de absorción, sucediéndose en los siguientes cuatro años (1954–1957). Se perforaron de quince a
veinte pozos por parte de la extinta Comisión Hidrológica del Valle de México, además de otros por
parte de particulares e industriales, generalmente. En estos casos el área tributaria de agua de lluvia
eran los patios pavimentados, techos de naves industriales y azoteas de oficinas. Desafortunadamente,
el seguimiento del comportamiento de las instalaciones oficiales fue relativamente corto, limitado a
unos cinco o seis años, casi siempre por nuevas obras viales o de reurbanización, y en caso de los
particulares, aunque su vida útil fue más prolongada, desaparecieron a causa de modificaciones o
ampliaciones de las instalaciones fabriles (Arreguín y Terán, 1994).
1...,222,223,224,225,226,227,228,229,230,231 233,234,235,236,237,238,239,240,241,242,...981
Powered by FlippingBook